Nicolaza Gómez, decimista y cultora de la Cruz de Mayo

Designada en el 2005 como Patrimonio Cultural Viviente por la Alcaldía Metropolitana de Caracas, esta venezolana, oriunda de Guatire, se convirtió en una de las principales cultoras de la Cruz de Mayo en Caracas.

CiudadCCS Sergio Bronstein bronstein.sergio@gmail.com (22 de marzo de 2010)

Caracas, A los 83 años, falleció en su casa del barrio El Esfuerzo de Petare, la decimista y cultora de la Cruz de Mayo Nicolaza Gómez. Designada en el 2005 como Patrimonio Cultural Viviente por la Alcaldía Metropolitana de Caracas, esta venezolana, oriunda de Guatire, se convirtió en una de las principales cultoras de la Cruz de Mayo en Caracas. Tanto es así, que mientras ella estuvo en vida, el “velorio” de Nicolaza fue el que abría esta celebración en la ciudad capital. “Hasta hace cinco años, en que ella nos propuso mudar su velorio para El Observatorio, en el 23 de Enero, la casa de Nicolaza era el lugar donde todos los decimistas de Caracas y de Miranda nos reuníamos todos los 30 de abril para amanecernos el primero de mayo. Después comenzaban los velorios de Cruz de Mayo en las otras parroquias, pero el de ella era el que iniciaba la celebración en Caracas. La semana pasada me llamó: ¿Cuándo te vas a montar a vestir a la Cruz?, me increpó, ella era así”, cuenta Alex Osuna, decimista, cultor y hermano de Soraya Padrón, heredera cultural de Nicolaza. Por ahí alguien preguntó “¿Qué vamos a hacer este año?” y la respuesta de Osuna fue automática “¡El velorio de Nicolaza va a seguir siempre! El 30 de abril vamos a estar todos en El Observatorio hasta amanecernos”, exclamó. Familia, vecinos y cultores fueron llenando los callejones y pasillos que rodean la casa de Nicolaza Gómez para acompañarla en su último viaje. Allí estuvieron desde temprano Narciso Blanco, Arturo Rodríguez, el Negro Cruz, Soraya, Judith la artesana, Priscila, Ricardo Linares, Johnny Acosta y Baleryns López. Se esperaban tambores, décimas y relatos de la amiga y compañera que se iba. “Yo la recuerdo llegando a la Cruz de Mayo de Caricuao en una silla de ruedas. Ella se quedaba como dormida, pero cuando alguien decimaba mal o se metía con ella, se levantaba apoyándose en sus brazos y replicaba con una energía, una lucidez y una picardía que la transformaban”, cuenta Baleryns López, una de la más jóvenes cultoras que se hizo presente. Nicolaza Gómez hizo de su vida un culto a las tradiciones venezolanas y legó a la posteridad una enorme cantidad de hermosísimas décimas que seguramente seguirán vivas en el alma, el corazón y la voz de su gente.